La Vacunación
Siempre digo que ser preventivos es la mejor forma de mantener a nuestra mascota sana, además de cuidar nuestras finanzas ¿por qué? es más fácil costear un plan sanitario que los tratamientos y manejos médicos de una situación de salud grave que podría comprometer la vida de tu mascota, sin mencionar el grado de preocupación, estrés y culpa que nos llegaría vivir una situación así. Las consecuencia de tener un descuido o pensar en ahorrarnos dinero con relación al plan de vacunas de nuestra mascota, se traduce en muchos casos, en el sufrimiento de nuestro perro o gato a causa de una enfermedad que pudimos evitar.
Debemos saber que el hecho de vacunar a nuestra mascota no es garantía de que no se vaya a enfermar, con estos tratamientos de inmunización le ofrecemos herramientas al organismo animal, para defenderse ante la presencia de un ente patógeno. A veces el organismo responde tan bien, que al llegar a infectarse con algún virus para el cual aplicamos la vacuna, la mascota no llega a enfermar, o bien, si enferma, llevará mejor la enfermedad y la controlará mas rápido a través de su sistema inmune. Existen pocas excepciones, pero puede ocurrir que a pesar de haber sido vacunada, la mascota podría enfermar gravemente; si se hizo un adecuado manejo y protocolo de vacunación, la razón radicaría en el una pobre respuesta del sistema inmunitario del animal a las vacunas.
Sin embargo, si se hacen bien las cosas desde el inicio, las probabilidades de que nuestra mascota enferme son muy bajas, por ello es vital conocer de que se trata este proceso, hacerlo sin bacilo y con conciencia de su importancia.
Recordemos que una vacuna no es más que un producto biológico que contiene partes de un patógeno que definimos como antígenos, los cuales no llegan a enfermar al animal, pero si consiguen estimular su sistema inmunológico para producción anticuerpos. Estos últimos son los que protegen a nuestra mascota cuando el virus o patógeno le atacan. La producción de estas defensas serán más y mejores mientras se exponga al sistema inmunológico más veces durante un tiempo determinado y de una forma especifica, a estos antígenos.
Todo empieza desde la gestación, una madre sana y con vacunas al día transmite sus anticuerpos a sus bebés, los cachorros al nacer consumen su primer alimento llamado calostro, el cual es la primera porción de leche que posee una carga de anticuerpos maternos importantes y mantiene protegidos a los pequeños, por lo menos, durante las primeras 6 a 8 semanas de vida según sea perro o gato respectivamente, tiempo culminado en el cual, intervenimos nosotros.
Aquí empieza el protocolo de vacunas, el cual variará según especie y en algunos casos, raza.
Hablemos de Caninos. Los perros pueden verse afectados por diversos virus y otros patógenos para los cuales existen vacunas especificas. Entre las enfermedades más importantes podríamos mencionar el Parvovirus; la más famosa de todas y para la cual, existen razas con mayor sensibilidad a padecerla, presentando además cuadros clínicos más severos (Rottweiler y Doberman Pincher). El Distemper; más conocido como Moquillo, el cual me parece la peor de todas las enfermedades virales en perros y que también afecta a hurones. Existen otras vacunas que inmunisan contra el Adenovirus, Hepatitis, Parainfluenza, Leptospira, Bordetella, Giardia, Leishmania y por su puesto, la conocida Antirrábica.
Digamos que existe un protocolo de vacunas general, el cual puede adaptarse dependiendo del caso, dichas variaciones dependerán de diferentes factores como la temporada del año, ubicación geográfica, origen del animal, raza y edad al momento de aplicar las vacuna, además del criterio del veterinario.
Iniciamos con la primera vacuna a las 6 semanas de edad; el tipo de vacuna dependerá como dije anteriormente, de diferentes factores, podría ser una vacuna especifica para el parvovirus canino, o bien, una vacuna trivalente que incluya inmunidad para moquillo canino, hepatitis infecciosa canina y el parvovirus canino. Luego se recomienda continuar con dosis de vacunas polivalentes; sumando a la anterior, inmunización contra las variables sepas de Leptospira, de las cuales se recomiendan al menos 3 refuerzos que se aplican en intervalos de 3 a 4 semanas, es decir, hasta la semana 16 de edad.
La vacuna Antirrábica puede aplicarse a partir de la semana 12 de edad, en caso de aplicarse antes, debe repetirse una dosis de la vacuna. Usualmente se espera al termino del protocolo de vacunación para aplicar la Antirrábica, acompañando la última dosis de polivalente, o pasadas 3 semanas de esta. La Antirrábica debe ser acompaña con la inserción del microchip y registro del animal, obligatorio en España por legislación.
En los casos especiales donde se anexen vacunas para la Bordetella, deberían ser aplicadas junto a las vacunas polivalentes, al igual que sus respectivos refuerzos, el veterinario de tu mascota te recomendará esta vacuna en base a diferentes factores.
La vacuna para la Leishmania se aplica en animales sanos y que resulten seronegativos a la enfermedad, a partir de los 6 meses de edad. El protocolo de aplicación inicial y sus refuerzos dependerá del laboratorio que emita la vacuna; en este caso recomendaría terminar el protocolo o la aplicación del refuerzo anual de la vacuna entre las dos últimas semanas de invierno o primera semana de primavera, ya que en regla general la inmunización de consigue 28 días posteriores a su aplicación, así las mascota estará protegida contra la Leishmaniosis en los meses de más calor, en los que la incidencia de la enfermedad es mayor a causa de la proliferación del mosquito, su vector natural.
Todas las vacunas podrían provocar respuestas alérgicas o reacciones adversas que pueden ser leves o muy graves si no se le presta la atención necesaria a lo que ocurre dentro de las 48 horas posteriores de su aplicación, pero son la media mínima de casos, solo que nunca esta de más advertirlo y ser cuidadosos.
Una vez terminado el protocolo de vacunas inicial o primovacunación, se debe aplicar un refuerzo al año de aplicada la última vacuna, así se consigue una inmunidad sólida que nos permite posteriormente aplicar una dosis de vacuna polivalente cada 2 a 3 años, la antirrábica, según el país, estado o comunidad autónoma, debe aplicarse anualmente por legislación. Pero siempre debemos adaptarnos a la particularidad de cada animal; según el ambiente en el que se desenvuelva, grado de riesgo o exposición, podría variar la frecuencia de la vacuna polivalente y vacunas no esenciales (como Bordetella y Leishmania). Por ejemplo, animales adultos por lo general adoptados, de los cuales desconocemos si recibieron o no la primovacunación adecuada, la revacunación durante su vida podría ser anual.
Hablemos de Felinos. Los gatos difieren de los perros, ya que las vacunas poseen antígenos para 3 enfermedades; contra la Rinotraqueitis Felina, el Calicivirus y la Panleucopenia felina, por lo que se le llama Trivalente. Esta vacuna polivalente se aplica desde las 8 semanas de nacidos y se aplica uno a dos refuerzos en un intervalo de 3 a 4 semanas entre cada dosis.
La vacuna Antirrábica se recomienda aplicarla desde la semana 16 de edad, junto a la identificación con microchip (proceso igualmente obligatorio en España si se decide aplicar esta vacuna en gatos). Hago este comentario anterior, porque en la mayoría del territorio de España, no es obligatoria la aplicación de la vacuna antirrábica en gatos, sin embargo, si tienes planes de viajar fuera del país con tu mascota, es imprescindible que se le aplique.
Existen vacunas contra la Leucemia Felina, pero hay mucha controversia con relación a su uso, por tanto pregúntale al veterinario de tu mascota su opinión al respecto, o bien, puedes consultarme; en principio, solo debe aplicarse en animales seronegativos a la enfermedad, y se recomiendo aplicar junto a la trivalente a partir de la semana 12 de edad, seguida de un refuerzo a las 3 o 4 semanas y un refuerzo al año de aplicar la anterior.
Finalmente los refuerzos de las vacunas se pueden realizar anualmente o cada tres años, depende de los hábitos del gato; si es un felino que hace vida estrictamente en el interior de casa, podría vacunarse de forma bianual o trianual, sobre todo en el caso de gatos agresivos o muy nerviosos. Si hace vida en exteriores, si vive en un entornos de riesgo, o si sus responsables realizan actividades que los expongan a ser un riesgo de transmisión de enfermedades para el animal, independientemente de su temperamento, debe hacerse una revacunación anual.
Para ambas especies las vacunas van de la mano con la desparasitación, las cuales se recomiendan coincidir durante el protocolo inicial de vacunas como en refuerzos anuales.
En animales como el hurón es de importancia clínica vacunar contra el Moquillo, la Antirrábica por otro lado es obligatoria al igual que la identificación con microchip.
Otras especies como los conejos requieren vacunarse, a lo cual si tienes dudas o necesitas orientación no dudes en contactarme.
Se la persona que tu mascota necesita, sigue estas recomendaciones, aprende estos datos y has de ti un experto, esto te permitirá ser mejor como responsable de una mascota y poder cumplir al pie de la letra estas necesarias pautas para que disfrutes plenamente de la salud de ese amigo incondicional.
Referencias.
1. COLVEMA - Colegio
Oficial de Veterinarios de Madrid. Vacunación de perros y gatos [Internet].
[citado 11 de Septiembre de 2017]. Disponible en:
https://www.colvema.org/sac_vacunacion.asp
2. Zoetis.
Vacunación en perros y gatos [Internet]. [citado 11 de Septiembre de 2017].
Disponible en:
https://ar.zoetis.com/conditions/vacunacion-en-perros-y-gatos.aspx3. DIRECTRICES PARA LA VACUNACIÓN DE PERROS Y GATOS [Internet]. Journal of Small Animal Practice • Vol 57 • enero 2016 • © 2016 WSAVA. [citado 04 de Septiembre de 2020]. Disponible en: https://wsava.org/wp-content/uploads/2020/01/WSAVA-vaccination-guidelines-2015-Spanish.pdf
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